12:27:25 Ser independiente |
Tocando a las puertas de la navidades, con el segundo café de
la mañana, atacamos un nuevo capítulo del libro "Tus zonas erróneas” del Dr.
Wayne W. Dyer. Este capítulo se titula "Proclama tu independencia”. Ciertamente es difícil ser completamente independiente, la
sociedad nos ha enseñado lo que los demás esperan de nosotros, así como lo que
debemos hacer en cada situación. Tenemos cierta predisposición a reaccionar dependiendo de
ciertas figuras autoritarias o queridas, más que por nuestra propia
independencia. Es difícil desvincularse de los vínculos paternos, ya que de
siempre han sido quienes han gobernado nuestra vida y siempre intentan
llevarnos de la manita. Cuando tenemos hijos, nosotros intentamos también gobernarlos
a ellos llevándolos de manita… coartando su independencia. Por un lado realizamos esto por interés propio, y por el otro,
por lo que consideramos nosotros su propio bien. Ciertamente la madre naturaleza es más sabia que nosotros y
Dyer nos pone el ejemplo de la película "La trampa del oso”. Esta película nos cuenta la vida de una osa con sus
cachorros, mama osa les enseña a cazar, a subirse a los arboles y cuando ella
sabe que ya pueden valerse por ellos solos, los deja sin mirar atrás, para que
ellos vivan su vida completamente libres. En cambio los humanos no rompemos esos lazos, los padres
vivimos nuestra vida a través de la vida de nuestros hijos, en lugar de
dejarlos ser independientes, influimos en sus vidas e intentamos gobernarlas
desde fuera. Si tú tienes una baja autoestima, (como padre) intentaras que
tus hijos tengan una autoestima alta, pero les estas vendiendo un mal producto,
ya que tus hijos te ven a ti, te imitan, para que ellos tengan un alto nivel de
autoestima, primero has de tenerlo tú, sobre ti. De hecho el niño cuando nace tiene un alto grado de
dependencia, pero su camino hacia la independencia es progresivo conforme va
creciendo. Conforme va creciendo, aprende a andar, a comer, a vestirse,
a elegir su ropa, elegir sus amistades, su futura profesión, su pareja, etc. Puede que hayamos superado la dependencia de los padres,
entonces corremos el peligro de tener otra dependencia, la dependencia de la
pareja. Louis Anspache definió el matrimonio como: El
matrimonio es aquella relación entre un hombre y una mujer en la que la
independencia es equivalente, la dependencia mutua y la obligación es
recíproca. La dependencia y la obligación son las cosas que lastran las
relaciones de pareja, por ello proliferan los divorcios, lo ideal es que dentro
de la pareja cada uno fuera libre. Eso en la sociedad actual es una quimera ya que las
libertades de cada uno, se terminan cuando comienzan las libertades de tu
pareja. El matrimonio típico, genera un conjunto de dominios y
sumisiones, donde en una constante lucha, va cambiando cada parte de la pareja
de dominador a sumiso y viceversa. Las personas que nos rodean suelen tratarnos como nosotros
les enseñamos que nos traten. Para mantener la dominación en nuestra relación de pareja
solemos gritar o levantar la voz, podemos amenazar con divorciarnos, hacer
sentir culpable a la pareja, utilizar la ira, dando golpes, tirando cosas o
insultando, hacerse el enfermo, dolores de cabeza, el corazón…, el no hablar
durante un espacio de tiempo a la pareja, llorar para generar sentimiento de
culpa, el decir que tu pareja no te quiere, incluso amenazar con suicidio, si
la pareja te dice que te deja. Si una parte de la pareja cede a estos chantajes emocionales,
la parte de la pareja chantajista se aprende que así domina a la otra parte y
no dudara en usar estas tretas, si la otra parte no cede, no dejándose influir
por ello, a la larga, la otra parte dejara de hacer chantaje emocional poco aprenderá
que no le sirve de nada. La dependencia genera cierta compensación psicológica. La dependencia delega las responsabilidades del dependiente
en el dominante. Siendo dependiente, puedes culpar al dominante de tus
errores. Si dependes de los demás, no tienes que correr riesgos ni
hacer cosas difíciles. Siendo dependiente, te sientes bien porque satisfaces a los
demás. El dependiente no tiene que tomar decisiones, ya las toman
los demás por él. Es más fácil seguir al dominante que ser un líder. Ahora unos consejos para liberarse de esa dependencia. -Escribir tu declaración de independencia, diciéndote a ti
mismo que no te dejatas manipular, siendo tu mismo. -Habla con esas personas de las cuales te sientes dependiente
y exponles tu proyecto. -Colócate metas, oponiéndote a algo que la persona dominante
te diga y con la cuál tú no estés de acuerdo. -Pacta un gesto con tu "dominante”, para avisarle cuando te
sientes manipulado. -Cuando te sientas manipulado, coméntaselo al dominante y
actúa como realmente te gustaría. -Has de saber que al dominante no le gustara que no te dejes
manipular y en ocasiones habrán desacuerdos, estate preparado para cuando
lleguen. -Si te sientes obligado a visitar a ciertas personas, pregúntate
tu si te gustaría que otras personas te visiten a ti por obligación. Búscate un trabajo, aunque sea mal remunerado, para valorarte
y ver que también tienes ingresos. -Con unos ingresos propios tendrás independencia económica y
no tendrás de dar cuentas a tu dominante. -Ten tu espacio de intimidad, no has de compartirlo todo lo
que sientes. -Deja que la habitación del niño sea realmente suya, que él
se la ordene y se la distribuya. -En una fiesta no tienes que estar siempre al lado de tu
pareja, podéis ir por separado con los distintos grupitos que se suelen formar,
ya os uniréis al terminar la fiesta y compartiréis experiencias. -Si tu pareja quiere hacer una cosa y tu otra, podéis hacer
cada uno lo que desee por su cuenta, o negociar hacer un día una cosa y otro
día la otra. -Haz viajes cortos sin tu pareja, no tienes que ir siempre
con tu pareja.
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