La proyección, consiste en un mecanismo de defensa, el cuál puede ser de origen interno o externo, la proyección atribuye a los demás sentimientos, impulsos o pensamientos propios, que no aceptamos nosotros mismos, entonces proyectamos estos sentimientos, pensamientos o deseos, a los demás, puesto que a nosotros nos generan angustia o ansiedad, así nuestra mente nos ignora estos sentimientos.

Lo que vemos en los demás, suele decirnos muchas cosas de nosotros mismos, en muchas ocasiones, el exterior refleja en nuestra mente cualidades o aspectos de nosotros mismos, cuando vemos algo que no nos gusta de alguien, sintiendo desagrado y rechazo, eso nos dice, que lo que no nos gusta, reside en nuestro interior, entonces nuestra mente, nos dice que ese defecto, solo existe fuera de nosotros.

El término proyección empezó a usarlo Sigmund Freud en el año 1.895, para referirse a un mecanismo de defensa de las personas paranoides.

La proyección suele estar presente en la psicosis, la neurosis y la perversión.

Esta distorsión de la mente, es conocida desde hace milenios, la descubrieron los grandes psicólogos hindúes, este error de la mente consiste en proyectar lo que vemos, sentimos o vivimos en nuestro interior, los temores, las ansiedades, los anhelos, los juicios, los prejuicios, las suspicacias y las sospechas, no percibiendo la realidad, percibiendo simplemente lo que creemos percibir.

La proyección, entremezcla nuestros sentimientos, de tal manera que nos hace incapaces de diferenciar los sentimientos que sentimos nosotros, y los sentimientos de los que nos rodean.

En la proyección, nuestra mente deforma la realidad externa, entremezclandola con la realidad que ella desea.

Las personas tendemos a proyectar lo que llevamos dentro, en unas ocasiones proyectamos lo que anhelamos ver, otras lo que tememos ver, en otras ocasiones lo que nuestra mente nos inculca que deberíamos ver.

En ocasiones, las personas tendemos a reflejar sobre los demás partes de nosotros mismos, generando nuestra mente una sensación sobre la persona en la cual reflejamos esa parte de nosotros, la cual no posee lo que nosotros le reflejamos, pero nosotros nos creemos que sí.

La proyección no es otra cosa que un mecanismo de defensa mental, mediante la cual atribuimos a los demás pensamientos, sentimientos o impulsos propios, que nuestra mente atribuye a los demás, cuando se siente amenazada interna o externamente.

Realizando esto, nuestra mente logra eliminar estos elementos amenazantes, pero realmente solo lo consigue aparentemente, puesto que esta acción de la mente no es más que un auto engaño que nos saca de la realidad, engañandose ella misma.

Un buen ejemplo de proyección, lo podemos encontrar en cuando nos enamoramos, en ese estado obsesivo, generalmente atribuimos a la persona amada características que solo existen dentro de nosotros mismos, por ello la deseamos tanto y es tan necesario que sea nuestra pareja.

En ocasiones también pensamos en otra persona, pudiendo caernos bien o mal, cuando simplemente pensamos en esa persona, sentiremos una sensación interior, la cual despertara unos determinados sentimientos hacia esa persona, aunque esta no esté presente.

Debemos saber que las relaciones no existen, las relaciones simplemente son creadas por la mente y lo que realmente existe, son personas que se relacionan.

Basándonos en la afirmación anterior es muy importante aprender a relacionarnos adecuadamente.

El antídoto contra la proyección es el autoconocimiento, algo que tenemos cada día menos desarrollado, a causa de las prisas y las presiones de la sociedad actual.

Deberíamos intentar tener una mente ordenada, pensar con tranquilidad nuestras ideas y reacciones antes de hablar o reaccionar ante los demás para evitar ser injustos o nocivos.