07:39:38 Los demás tienen la culpa |
Las personas maduras son las que se responsabilizan de sus
errores y fallos, responsabilizándose, así como adquiriendo conocimientos de
ellos, para en una futura situación similar, intentar actuar correctamente. Hoy trataremos de las personas que su "yo interno”, no ha
madurado lo suficiente, es entonces cuando estas personas no hacen suyos sus
fallos, por lo cual no se responsabilizan de ello, culpando a los demás y a las
situaciones de sus propios errores. Cuando las personas sin madurar cometen errores, en lugar de
aprender de ellos, buscan formas de justificarlos, o en muchos casos culpando a
los demás de sus palabras o fallos. Esto lo podríamos definir como, la tendencia a buscar
personas o situaciones para delegar nuestros errores e insuficiencias personales, asumiendo en
nuestra vida el papel de víctima. Las personas que tienen esta forma de actuar, acostumbran a
ocultarse ellos mismos sus errores, a causa de lo cual no obtienen crecimiento
interior, no aprenden, opinan que la culpa no es suya, no son responsables de
sus actos, por lo cual no pueden aprender de ellos, ya que la culpa no es suya,
creen que la culpa es del mundo que les rodea y ellos no pueden hacer nada para
remediarlo. Estas personas no toman el mando de su vida, culpan de lo que
les ocurre en ella a sus padres, a sus amigos, a los demás, al azar, a las
circunstancias… Actúan así, porque su débil yo interno no les permite admitir
el error, al ser tan débiles, su "automático” del cerebro les hace auto engañarse,
con ello consiguen protegerse erróneamente, sin poder crecer interiormente, ni
tampoco pueden aprender de sus propios errores. Debemos aprender a saber diferenciar entre responsabilidad y
culpa. Responsabilidad es reconocer nuestros actos,
independientemente de que nos hayan salido bien o mal, son los que hemos
realizado nosotros y hay que asumirlos. Culpa es cuando realizamos un mal, o algo que daña a
terceros, con la intención de hacer mal. Existen casos en los que las personas son tan inmaduras que
aún llegan más lejos, aunque la culpa no sea de ellos, tienden a culpar a los
que les rodean de todo, criticándolos, censurándolos, e incluso vejándolos. En algunas figuras parentales, estas personas suelen afectar
muy negativamente, especialmente a los adolescentes, dejándoles graves
secuelas, al haber reprendido y culpado a estos sistemáticamente, algo que en psicología
Ramiro Calle define como un "súper ego tiránico”. Este problema de la mente es difícil de solucionar, puesto
que las personas afectadas por él, en muchas ocasiones, no saben que lo
padecen, por lo cual no necesitan remediarlo. Una vez conocido el problema, el mejor remedio para evitarlo
es la vigilancia y la auto vigilancia para asumir nuestros errores, responsabilizarnos
de ellos, gracias a lo cual se puede aprender de ellos, sin culpar al mundo, ni
a quienes nos rodean. Nuestra mente es muy compleja, además tenemos la mala
costumbre de juzgarlo y medirlo todo (correcta o incorrectamente), solemos elogiar
o culpar a los demás, deberíamos aprender que el que culpa (aunque seamos
nosotros), primero debería mirarse a sí mismo y el elogiado o culpado, ser
indiferente a estos juicios, aprendiendo de los juicios de los demás, con la sabiduría
de discernir la justicia, o la injusticia de estos juicios. Otra cuestión muy interesante, consiste en que debemos
aprender de los comportamientos negativos de los demás, esto nos generara un
importante signo de madurez mental. Cuando alguien hace algo que nos molesta o nos hace daño, en
lugar de ponernos rojos de ira y saltarles a la yugular, debemos tranquilizarnos,
respirar hondo y razonar la situación, después actuar en consecuencia. Nunca debemos olvidar que no podemos controlar los
pensamientos de los demás, pero sí que podemos controlar SIEMPRE los nuestros. |
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