14:56:52 Expectativas desmedidas |
Las personas solemos generalmente crearnos metas o
simplemente hacer planes. Esto en un principio es bueno, ya que esta "planificación” nos
marca un mapa de ruta hacia donde deseamos ir, con lo cual llegar a nuestra
meta puede ser más sencillo. Pero como la perfección no existe, si sólo nos basamos en
suposiciones o ilusiones inciertas, metas muy lejanas, etc, lo único que
conseguiremos, en lugar de ese mapa de ruta sobre el cual os escribo más
arriba, es cargar con sentimientos tan poco deseables como la angustia, la
ansiedad, la frustración y el desánimo. Por una parte, es bueno colocarnos metas (siempre metas
cercanas), pero estas metas, si no las conseguimos, por el motivo que sea,
pueden ser sustituidas por otras o debemos tener la suficiente fuerza mental,
como para poder subsistir con los cambios que efectúen los hechos del día a
día, adaptando nuestra meta futura a las circunstancias reales de la vida. Cuando solo pensamos en esa meta que nos hemos impuesto, la
lucha por llegar a esa meta nos impide disfrutar del momento actual,
desperdiciando esas pequeñas cosas que la vida nos regala a cada instante. Cuando el grado de madurez de la persona es bajo, esta
necesita evadirse pensando en esas metas (el futuro incierto), en lugar de
pisar la tierra y saborear la realidad. Si solo pensamos en el futuro, en esa meta más o menos
lejana, que podremos alcanzarla o puede que jamás lleguemos a ella. Realmente la sociedad nos ha educado de una forma poco
adecuada, nuestra misión en la vida es atesorar cosas, constantemente subir esa
interminable escalera del éxito, siempre ser más ricos y poderosos que los que
nos rodean, pero a más ricos y poderosos somos, siempre aparece alguien más
rico y poderosos con quien tenemos que luchar. Aunque la constante lucha por seguir subiendo esa escalera
nos produce ansiedad, eso aun es bastante soportable… Pero cuando la vida nos pone piedras en el camino y tenemos
que bajar unos cuantos escalones, subidos con tanto sufrimiento y ansiedad,
renunciando a cosas que teníamos conseguidas… ¿Cómo nos sentiremos? ¿Cuántas veces seremos capaces de retroceder? La vida, ciertamente, es una escalera sin fin, tal como nos
la vende la sociedad, una escalera que casi nadie llega a su final, y cuando
uno cree que ha llegado a esa meta, suele aparecer alguien y nos arrebata el
puesto, que también este perderá mas tarde o más temprano. Hace muchos años leí un texto, no recuerdo donde, ni de
quien, pero el contenido del texto me gusto tanto que aún lo recuerdo. En el texto que os menciono se comparaba la vida con un rio. Cada gota de agua era una persona. El rio nacía de un manantial, como nosotros de la madre. El curso del rio era la vida. La muerte era cuando el rio se desemboca en el mar. Ahora dejo al lector cuestiones mucho más profundas, que el
post sobre las expectativas desmedidas, más profundas que la vida en sí misma… PENSAD… Siguiendo la parábola del río con la vida… Si cada gota del rio, es una persona… ¿Qué ocurre con las gotas que son absorbidas por la Tierra? ¿Qué ocurre con las gotas bebidas por un pájaro o un
elefante? ¿Qué ocurre con las gotas que evapora el calor del Sol? ¿Qué ocurre con las gotas absorbidas por las raíces de las
plantas? ¿Qué ocurre con las gotas "muertas” que acaban en el mar? Como veis, la meta de las gotas es llegar al mar, pero cuando
se llega al mar, la cosa no termina….. ¿Creéis realmente a pesar de que la naturaleza que todo lo
aprovecha, la muerte sea el fin de la vida?
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