06:45:38 Canonigos |
En esta ocasión, os presento una planta herbácea silvestre, actualmente muy utilizada gastronómicamente en crudo, la valerianella locusta o valerianella olitoria, más conocida como canónigos. Los canónigos también son conocidos bajo el nombre de lechuga de campo o hierba de gato. Su nombre de canónigos, proviene de que se solían cultivar en los monasterios, los clérigos consumían los canónigos, para aquietar su ansiedad sexual, aprovechando las propiedades relajantes de los canónigos, aunque con el paso del tiempo fue perdiendo valor, actualmente son muy apreciados en la cocina, por su sabor y sus cualidades nutritivas. Se trata de una panta que su altura oscila entre 7 y 40 centímetros de altura, sus hojas poseen un brillante color verde grisáceo y adquieren forma de roseta, formando pequeños ramilletes, florece entre mayo y julio, mostrándonos unas flores blancas o azuladas, cuyo fruto se denomina aquenio, cuyas semillas se dispersan por gravedad, caen al suelo y se propagan alrededor de la planta madre. Su área de distribución natural, es toda la Europa templada, Asia Menor y el Cáucaso. Actualmente se cultivan en Europa, principalmente en Italia, Francia y Alemania, siendo poco consumida fuera de Europa. Los canónigos nos aportan betacaroteno (pigmentos vegetales precursores de la vitamina A), vitamina C y ácido fólico (vitamina B9 y ayuda a fabricar células nuevas), vitamina B6, vitamina E y ácidos grasos Omega-3, posee también yodo, hierro, potasio y fósforo, además de poseer muy pocas calorías. Los canónigos poseen propiedades antiescorbúticas (evita gracias a su vitamina C el escorbuto), depurativas y relajantes. Lo ideal, es consumir el canónigo en crudo, para aprovechar su frescura y sabor, especialmente en ensaladas, aunque también se puede consumir en deliciosas cremas y sopas, también se utilizan para espolvorear las pizzas junto con el queso parmesano. Su sabor siendo delicado, es ligeramente ácido, recuerda al sabor de las nueces. El problemas de los canónigos, es su conservación, que para aprovechar su frescura, lo ideal sería consumirlos 1 día o 2, después de su compra como máximo. |
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