12:18:02 La cierva en la gruta del león |
Comentando una fábula de Esopo, aprendiendo sus enseñanzas.
La cierva en la
gruta del león.
Una cierva que huía de unos cazadores, llegó a una gruta
donde no sabía que moraba un león.
Viéndose
sin remedio perdida, exclamó: ¡Desdichada de mí! Huyendo
de los hombres, caí en las garras de un feroz animal.
Si tratas de salir de un problema, busca que la
salida no sea caer en otro peor.
Al igual que le ocurrió
a la cierva nos ocurre a los hombres. En muchas ocasiones,
para evitar un problema, nos metemos en problemas peores. Imaginemos que
trabajamos en una empresa en la cual nos encontramos infravalorados, nos
llevamos mal con los compañeros, con los clientes… aunque al final de mes
cobramos nuestro sueldo, que nos es imprescindible para nuestro sustento. Vemos que en otra
empresa, que está en el otro lado de la misma calle necesitan alguien con
nuestra valía y decidimos ir a trabajar con la empresa vecina. Empezamos a trabajar,
tenemos que trabajar más horas, el jefe es un gritón, los compañeros nos ponen
la trabeta, los clientes hasta nos llegan a insultar, de propina… a la hora de
cobrar nuestro salario, nos lo pagan tarde y menos de lo pactado… Aunque, ciertamente
la cierva tiene una disculpa, ya que su necesidad de refugio era acuciante,
cosa que en nuestro ejemplo no es el tema, podemos sacar mejor la enseñanza. En muchas ocasiones
despreciamos lo que tenemos, aunque en muchas ocasiones, nuestra insatisfacción
en un alto porcentaje, es culpa nuestra y de postre deseamos lo que no tenemos. En el caso de nuestro
ejemplo, esta persona, antes de cambiarse a la empresa vecina, podría haberse
informado antes de efectuar el cambio. También podría haber
intentando mejorar su estado en donde estaba mentalizándose positivamente, en lugar
de sentirse frustrado, trabajando de mala gana. También podría, con
paciencia e información, buscar un lugar mejor para trabajar, informándose con
anterioridad. Pero aunque con estos
comentarios no quiero decir que no sea interesante cambiar, cuando no estamos cómodos
en algún lugar, antes de cambiar hemos de saber donde nos metemos, no como la
cierva. Pero en muchas
ocasiones, si nuestra mentalidad no es la adecuada, de nada sirve cambiar de
sitio. Nuestro
comportamiento afecta a los demás, si llevamos una sonrisa en la cara, los
demás tendrán mayor facilidad para respondernos con una sonrisa, si pintamos la
cara de mala leche y gruñimos por todo, muy probablemente los demás nos
respondan como nos merecemos. Sin más comentarios.
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