18:31:15 La bruja |
Esta tarde nos servirá de
ilustración al tema de hoy, una nueva fábula de Esopo.
La
bruja.
Una
bruja tenía como profesión vender encantamientos y fórmulas para aplacar la
cólera de los dioses; no le faltaban clientes y ganaba de este modo ampliamente
la vida.
Pero
fue acusada por ello de violar la ley, y, llevada ante los jueces, sus
acusadores la hicieron condenar a muerte.
Viéndola salir del tribunal, un observador le dijo:
-Tú,
bruja, que decías poder desviar la cólera de los dioses,
Nunca creas en
los que prometen hacer maravillas en lo que no se ve, pero son incapaces de
hacer cosas ordinarias.
Este tema me trae a
la mente un tema ya tocado en alguna ocasión "la Santísima Inquisición” que era
tan "santa” que torturaba y quemaba a todo aquel que le era molesto, aunque hoy
no estoy reivindicativo y prefiero escribiros sobre la personalidad humana, que
es un temas quizás, más complejo pero menos indigesto. Así muchos pelotas,
de los que nos suelen rodear, nos prometen el mundo y nos halagan diciéndonos
los buenísimos que somos… Rodeados de esos maravillosos
"amigos” salimos más tiesos y orgullosos que un pavo real con sus bellas plumas
desplegadas… Pero cuando, por
algún motivo recurrimos a esas personas que tanto nos halagan o tantas promesas
vacías nos han realizado, resulta que no pueden hacernos un simple favor, o quizás
sean estas maravillosas amistades que falsamente nos aplauden, las que nos
traicionen clavándonos un puñal en la espalda. Estas personas que
falsamente nos prometen el mundo y nos empachan en halagos no merecidos,
generalmente suelen ser personas de mente débil, cargadas de sentimientos de
envidia, que simplemente hacen la pelota, normalmente para ser aceptados por
nosotros, porque ellas se consideran poco importantes y se apoyan en nuestros
logros, envidiándolos se colocan al cobijo de nuestra luz, pero cuando opinan
que hay otra luz mayor, se cambian la chaqueta y van tras ella. Ciertamente estas
personas ganarían mucho, si en lugar de envidiar y exagerar los logros de los
demás, se dedicaran a crear y desarrollar sus propios logros, se sentirían mejor
ellos, serian más valorados por los demás y no los miraría la gente que vive a
su alrededor como el típico chivato o pelota. Personalmente opino
que tengo las ideas muy claras, aunque en ocasiones reconozco, que como
cualquier mortal hago las cosas mal, o simplemente con el tiempo la vida te
enseña a pensar de forma diferente. En ocasiones cuando
alguien mete la "gamba”, si se puede evitar, opino que es mejor callar y dejar
hacer, si la "gamba”, veo que se le va a ir de las manos, es el momento de
actuar por mi parte. Siempre he pensado
que la mejor forma de aprender, es arriesgarse a hacer las cosas, aunque estas salgan
mal, si cuando estas a punto de liarla, alguien te da un consejo salvador es de
agradecer, por supuesto. Por ejemplo, cuando
empecé a cocinar recuerdo (no creo que lo olvide nunca), compraba libros de
cocina y con ellos comencé a aprende a cocinar. En una ocasión re
cuerdo que me puse a cocinar una receta de arroz o pasta (eso no lo recuerdo),
pero como en la receta no ponía que habia que ponerle agua… pues no se la puse… ¿Imagináis cocinar
un arroz o una pasta sin agua???? Otra de mis mejores
recetas, fue mi primera bechamel, si alguien sabe como lo conseguí, que me lo
cuente… conseguí realizar una bechamel casi negra (de un estupendo color marrón
oscuro). Desde luego las dos
terminaron en la basura, alguna salida simple me buscaría (no lo recuerdo),
quizás un bocadillo de sardinas en aceite…no iba a dejar mi amado tripón vacio. Pero esto es lo que intento contaros, ¿os imagináis que
invite a alguien a comer bechamel negra y me diga que esta riquísima? Especialmente si no
se atreve a probarla… puede que no la pruebe porque no tiene hambre… Ciertamente los dos
son errores garrafales, de hecho en breve publicare un libro de recetas de
cocina… que buena publicidad me hago… je je je. Un tío que se
atreve a escribir un libro de recetas de cocina y ni sabe hacer una simple
bechamel, ni tan solo que para cocer pasta o arroz es imprescindible poner agua… La seguridad en uno
mismo se demuestra así, lo hice mal, no sabía
hacerlo… pues la práctica, la voluntad, la necesidad y el tiempo son
maravillosos maestros. Pues a asumirlo y
aprender de ello, así de simple.
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