11:11:26 El perro y la almeja |
Una nueva fábula de Esopo para ilustrar el comportamiento
del hombre.
El perro y la almeja.
Un
perro de esos acostumbrados a comer huevos, al ver una almeja, no lo pensó dos
veces, y creyendo que se trataba de un huevo, se la tragó inmediatamente. Desgarradas
luego sus entrañas, se sintió muy mal y se dijo:
Bien merecido lo tengo, por
creer que todo lo que veo redondo son huevos.
Nunca tomes un
asunto sin antes reflexionar, para no entrar luego en extrañas dificultades. Es muy cierto, que
cuando nos acostumbramos a algo, lo solemos hacer de forma mecánica, sin
pensar. Recuerdo que hace
unos años cambiaron el domicilio de la empresa donde trabajaba. Pues para ir a trabajar
necesitaba ir en mi coche, en varias ocasiones, en lugar de irme al nuevo
domicilio de la empresa, automáticamente pillaba el camino del antiguo y a mitad
camino a darse la vuelta… me ocurrió varias veces. Otra cuestión que
nos suele pasar como al perro de la fábula, es que al comer o beber, cada vez
degustamos menos los alimentos o la bebida, así confundió almeja con huevo. Simplemente nos
sentamos (el que se sienta) en la mesa, nos metemos cucharadas en la boca, mientras
absortos miramos la televisión, mientras el sabor sea aceptable, todo para
dentro. Ciertamente,
perdemos las buenas costumbres, las familias que tienen la suerte de comer
juntas dan dos vueltas a la comida en la boca y a medio masticar la comida para
el interior del estomago, en lugar de hablar, los comensales entre ellos, como
mucho discuten por el canal de la televisión o simplemente por poseer el mando
a distancia. Que será de
aquellos tiempos que después de comer se dormía la siesta plácidamente… Que será de
aquellos tiempos de la tertulia del café… Que será de
aquellos tiempos en que el abuelo contaba historias que fascinaban a los nietos… Despertemos y
volvamos a la cruda realidad… Estamos en esos
maravillosos tiempos donde Dios Google nos tiene controlados… Estamos en esos
maravillosos tiempos donde Dios estrés es nuestro compañero de viaje… Estamos en esos
maravillosos tiempos que no hablamos con nuestra familia… Estamos en esos
maravillosos tiempos que no degustamos la comida, simplemente engullimos. Estamos en esos
maravillosos tiempos donde no educamos los hijos, pasamos la pelota a los
profesores… Estamos en esos
maravillosos tiempos donde los hijos están tan protegidos que los profesores no
tienen herramientas para controlar a sus alumnos… Estamos en esos
maravillosos tiempos donde aparcamos a nuestros mayores en residencias… Necesitamos ir a
clase para saber disfrutar las cosas buenas de la vida, necesitamos aprender a
vivir, a saborear la comida, a relacionarnos con los nuestros, a tener
paciencia, a no aparcar a nuestros mayores, etc. A ver cuál es ese
maravilloso profesor que nos enseña que las almejas no son huevos y si existe
ese profesor… ¿Existirá el alumno
que quiera aprenderlo?
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