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07:41:22
Idolatria

En esta ocasión, me he colocado de nuevo la bata blanca de loquero, para escribiros sobre un sentimiento más, de los muchísimos que da problemas a nuestra compleja mente.

La idolatría, podría definirse como la adoración de ídolos, es decir, considerar dioses a otras personas, animales u objetos.

Muchas personas necesitan esos ídolos, aunque estos "dioses” realmente, suelen ser de barro.

En esta sociedad nos han educado a tener a determinadas personas en un pedestal, así nos tienen "controlados y entretenidos”, haciéndonos depender de determinados iconos como el futbol, un determinado cantante, un político, la religión, el pensamiento político, cualquier icono sirve, la cuestión es que no pensemos por nosotros mismos y sigamos como corderitos a nuestro pastor, el líder de turno.

Cuando idolatramos alguno de estos dioses, impuestos por la sociedad o por nosotros mismos, generalmente lo ensalzamos adornando a nuestro dios, involuntariamente, con cualidades que este no posee y que quizás este mismo dios desee para sí, pero que este no posea.

En ocasiones hay personas que necesitan idolatrar a alguien o a algo, aunque no sirve de nada, solo que así, idolatrando se esconden sus propias carencias.

Si la persona tiene una mente débil, con mayor facilidad necesitara idolatrar a alguien, por el contrario si una persona tiene su mente bien amueblada, difícilmente idolatrara a alguien, puesto que si sabe medir las cosas con raciocinio, sabrá valorar y admirar a personas que sepan realizar cosas mejor que ella, aprendiendo y valorando equitativamente estas aptitudes, sin auto infravalorarse, ni idealizar a esa otra persona.

La idolatría es un sentimiento mas de engaño de nuestro cerebro, por ello con facilidad relativa, la persona que idolatra puede desencantarse de su dios de barro y sin motivo aparente, bajarlo del pedestal e incluso subestimarlo y menospreciarlo.

El sentimiento de la idolatría aparece con mucha frecuencia en el sentimiento del amor, el enamoramiento, generalmente, ciega a la persona enamorada, colocando en la otra persona toda una serie de ideales que no posee, conforme se van descubriendo que la persona ciegamente amada, carece de todos estos ideales que nos habíamos imaginado, pero que creíamos reales, el enamoramiento termina por esfumarse.

Las masas también están acostumbradas a idolatrar "líderes de barro”, viviendo a la sombra de personas famosas, para motivar su existencia aburrida o vivir las vidas ajenas, todos sabemos el éxito que tienen los programas de cotilleo, contándonos las vidas (en muchos casos mentiras), de personas que lo único que sirven es para contar intimidades ajenas.

La persona que idolatra, no se entera de ello, busca su identidad en la persona idolatrada, cosa que debilita aún mas y propia identidad ya de por si débil.

Solo cuando una persona ha madurado psicológicamente pierde la necesidad de crear ídolos aprendiendo a valorar las personas por lo que realmente son, sin la necesidad de identificarse con líderes, instituciones o asociaciones, simplemente observando, valorando e incluso aprendiendo de los demás, sin idolatrar a nada, ni a nadie.

 

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