16:07:04 Dispersión mental |
Hoy volveremos a mirarnos los problemas de la mente, en este
caso miraremos el problema de la dispersión mental. A la vez que nuestra mente nos controla a nosotros, nosotros debemos
saber controlar nuestra mente, pero nuestra mente suele ser como un niño
travieso, cuando este se pone a estudiar (por ejemplo), suele pensar en todo
menos en el tema del libro del cual está estudiando. La dispersión mental suele desorientar nuestra mente, evita
la efectividad mental, la fragmenta, crea una visión superficial y difusa de
los pensamientos, todo ello genera un entendimiento incorrecto y evita que controlemos
nuestros pensamientos. Al dispersarse la mente, esta se entretiene en otros temas, a
los cuales vuela ella solita, por lo tanto deja de concentrarse en el tema que
nosotros deseamos, perdiendo su efectividad en parte o totalmente. Ciertamente es una cuestión que me ocurre en muchas
ocasiones, me pongo a leer algo que me interesa, mientras, mi mente se pone a
volar solita pensando en otras cosas, cuando me doy cuenta de ello toca a
empezar a leer desde el principio, puesto que aunque realmente he leído ese
determinado texto, totalmente o en parte, no me he enterado de nada de lo leído,
por estar pensando en otras cosas de las cuales se ha encaprichado mi mente. La dispersión mental es el antónimo de la concentración. Cuando nos concentramos pensamos exclusivamente en algo,
dedicando todos los recursos de nuestra mente a ello, cuando nuestra mente se
dispersa, vuela sola y nos desconecta del tema en el cual nosotros queríamos concentrarnos. Nuestra mente es indócil, suele poner en marcha sus programas
automáticos, trabajo de nuestra conciencia y voluntad es hacerla encender las
neuronas que a nosotros nos interesan, no las que ella desee. Una mente bien gobernada ve con facilidad las cosas que no ve
una mente dispersa, puesto que ella está ocupada con sus distracciones. Las mentes bien gobernadas no pierden el tiempo con
pensamientos innobles, inútiles o dolorosos, gastan sus energías en adquirir la
sabiduría y la libertad interior. Las mentes ordenadas son capaces de controlar los sentidos
para evitar odios y envidias. Hemos de aprender a dominar la mente, cosa que no es fácil,
pero con un buen aprendizaje se puede lograr. Ramiro Calle en su obra "Las zonas oscuras de tu mente”, nos
recomienda para dominar la mente su libro "El dominio de la mente”. También nos recomienda las prácticas de ejercicios para la
concentración mental, así como que busquemos procurar concentrarnos en las
tareas cotidianas de cada día para ir enseñando al cerebro que ha de ir por la
senda que nosotros le marcamos, no por la que le quieran llevar sus
automatismos.
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