La autocomplacencia consiste en la satisfacción que le generan sus propios actos, por su condición o forma de ser, a una persona determinada.

Hay  personas que son conformistas, que saben que pueden hacer más cosas, pero son felices conformándose con lo que son, sin querer esforzarse en hacer más cosas.

Las personas conformistas no quieren prosperar ni personal, ni laboralmente, prefieren seguir así, como están, sin asumir riesgos, sin complicarse la vida, personalmente es un estado que me permite estar cómodo y con el cual me identifico bastante.

Ser autocomplaciente es algo parecido a ser conformista, pero se diferencia en que no consigues superarte, por algún motivo en concreto.

Consiste en un comportamiento bastante infantil, que no deja prosperar a la persona porque esta se excusa con las circunstancias, quienes le rodean o cualquier otra cosa.

La autocomplacencia, consiste en satisfacerse tanto por los actos propios, como por la forma de ser de la persona autocomplaciente, esto no tiene por qué ser negativo, pero como siempre ocurre, cuando nos vamos a los extremos, lo bueno o aceptable, se convierte en negativo.

Cuando la persona autocomplaciente lo es de forma sistemática e indiscriminada, puede llegar a perder la objetividad, e incluso convertirse en narcisista.

La autocomplacencia es otro de los errores de la mente que induce apatía, resignación, justificaciones y pretextos, generando un autoengaño en la mente.

Ser exageradamente complaciente con uno mismo, llega a detener la evolución y la maduración de la mente, se buscan excusas para no asumir responsabilidades por actuaciones erróneas, trasladando las responsabilidades a terceras personas, de esta forma las personas autocomplacientes, al desplazar su responsabilidad, no aprenden de sus propios fallos, por lo cual no son capaces de corregirlos.

Ramiro Calle, en su libro Tus zonas erróneas, afirma que ser autocomplaciente no significa quererse a uno mismo, quererse es cuidarse, poniendo los medios para mejorar la calidad de vida, tanto en la sociedad, como en la calidad mental.

Aunque personalmente, no comparto plenamente lo dicho en el párrafo anterior, ya que pienso que una continua lucha solo nos genera estrés, opino que es mejor ser un poco conformista, sin llegar al extremo de estar en el primer puesto y comerse el mundo, ni tampoco ser una persona mediocre, que deja pasar la vida, sin ninguna aspiración mas.

Comparto plenamente la opinión de Ramiro Calle en que la autocomplacencia es un extremo, como que la autoexigencia su opuesto, la sabiduría siempre la encontraremos en un término medio.

Tomar un vaso de vino (especialmente negro, por sus polifenoles) es recomendable, tomarse la botella entera es perjudicial.

Al igual que las personas inmaduras, con desorden mental, no han de conformarse y poner medios para superar sus problemas, bien por ellas mismas o con ayuda profesional, el autoengañarse y culpar a las circunstancias, o a los demás, para evadir el problema, solo sirve a que no vean ellos mismos el problema.